miércoles, 14 de septiembre de 2011

Caminando hacia buen puerto

"La paciencia es la madre del éxito."
Creo que este es el principio del fin. Comienzo este blog con la ilusión de contar el final de nuestra odisea, y el principio de una vida felices (más todavía de lo que somos) con nuestro sueño cumplido: nuestro bebé.

Hace casi tres años me dieron la peor noticia del mundo: no podíamos tener hijos. En ese momento habría matado a la ginecóloga (nunca más volví a ir allí, es mala). La recuerdo con los resultados del seminograma de mi marido en la mano, agitándolos al viento y diciéndome:  "así, con esto, ¿cómo te vas a quedar embarazada???? Esto es de pena, tu marido tiene un seminograma de pena!!"

Habíamos estudiado los resultados en casa, ignorantes, ilusionados, incluso contentos, pensando que ese millón de espermatozoides que aparecían en el recuento era más que suficiente.... ¡¡Si había un millón, y sólo necesitábamos uno!!
Pero esa tía bruja me sacó de la ignorancia, explicándome que para un embarazo normal, se suelen necesitar unos veinte millones.... así que estábamos listos....

Lloré más que nunca; no entendía nada, no comprendía qué nos estaba pasando, por qué a nosotros....
Esas cosas, como el que te toque la lotería, sólo pasan en la tele. Siempre he pensado que las cosas extraordinariamente buenas y las asquerosamente malas sólo pasan en las noticias, a la hora de la comida. El resto (donde me incluía) tenemos vidas normales, con nuestras cosas, pero ya está.
Reconozco que ha sido la peor noticia de mi vida.
Me recuerdo ahí llorando, en la consulta de la malvada, en un rincón, de pie, esperando a que ella encontrara no sé qué folletos sobre esterilidades e infertilidades y palabras que por desgracia ahora mismo me son muy familiares, sin consuelo ninguno, pensando qué habría hecho yo para que me estuviera pasando esto.

Superado el "shock", me dio por pensar qué habría hecho mi pobre marido en su vida para tener tan poquillos bichos....
Y mis desvelos por la noche iban encaminados a descubrirlo. ¿Sería porque no le gusta el salmón, y tenía algún déficit de alguna vitamina indispensable para producirlos??  ¿O sería por el desodorante, que le estaba produciendo algún tipo de reacción inversa? 
También me planteé que fuera por el móvil, al llevarlo en el bolsillo, tan cerca...., o por echarse la siesta después de comer los fines de semana, que a lo mejor eso no era bueno....

Finalmente dejé de pensar en causas idiotas, y nos pusimos manos a la obra. Teníamos un problema, y había que resolverlo. Nada de buscar las causas (¿para qué??)
Un amigo me dijo una vez, que cuando hay un problema no hay que buscar al culpable, sino soluciones, y eso hicimos.
¡¡Y aquí estamos!! Tres años después, tras dos Icsis fracasadas (la primera fue un bioquímico; me siento feliz por esto, puedo decir que al menos, aunque fuese por unos días, estuve embarazada), y la segunda por una mala jugada del destino, donde todos los bichines de mi amor fueron un fiasco, y ni transferencia ni nada, todos a la basura hechos un burruño junto con mis óvulos recién recolectados.

Pero aun así, me siento muy afortunada. Agotamos nuestras oportunidades por la seguridad social, y ahora, después de dos años enclaustrados en casa sin gastar ni un céntimo, todo por ahorrar y ahorrar y ahorrar por lo que pudiera pasar, nos vemos con fuerzas para emprender de nuevo el camino.
Estamos preparados. El comienzo del fin acaba de empezar!

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